17 de enero de 2008

Nosotros te llamamos

Hoy tenía una entrevista de laburo. Digo tenía porque no fui.
Ayer a la noche preparé la ropa, me lavé el pelo, lo sequé con el secador y armé la cartera con el CV, pero hoy no fui.
No fui porque cuando sonó el despertador, me acordé de todas las entrevistas a las que fui al pedo, me acordé de todas las argolludas que me hicieron mil preguntas, y a las que les sonreí estoicamente aún cuando sabía que no tenían intenciones de darme el trabajo, un trabajo para el que siempre me sobra capacitación y que a veces ni siquiera quiero, pero que tampoco me ofrecen.
No fui porque no puedo soportar otro rechazo más.
Porque fui a un lugar muy lindo a cenar, y sólo quería invitarlo a él, porque lo extraño horrores y contarle a una amiga nuestra historia me hizo mal, me hizo necesitarlo, porque no puedo contarle a nadie que lo extraño. Y no puedo decirle a él que lo quiero.