19 de noviembre de 2008

Te amorrr

Lo quiero mucho. Lo quiero en cantidades industriales. Lo quiero a borbotones. Lo quiero cada día más.

Lo quiero desde hace 4 años. Lo quiero todo el día. Lo quiero de 9 a 18. Lo quiero los fines de semana (aunque se note menos). Lo quiero todos los días. Lo quiero constantemente.

Lo quiero incondicionalmente. Lo quiero con admiración. Lo quiero irrespetuosamente. Lo quiero como no quiero a nadie más.

Lo quiero porque me entiende. Lo quiero porque me cuida. Lo quiero porque me escucha. Lo quiero porque me hace reir. Lo quiero porque me hace sonreir. Lo quiero porque me perdona. Lo quiero porque me tiene paciencia. Lo quiero porque me quiere. Lo quiero porque es mi amigo. Lo quiero porque sí.

Lo quiero y no se lo digo mucho, de vez en cuando sólo le digo: Te amorrr

16 de noviembre de 2008

L de Lopez

-Pensé que estabas de novio...
-No... Si estuviera de novio, en este preciso instante tendría un dilema moral muy grande y un INMENSO problema.

Y así como quien no quiere la cosa, un nuevo apellido se suma a mi guía telefónica.

10 de noviembre de 2008

Cosas que te pasan (si sos yo)

Si te quedaste a dormir en otro lado que no sea tu casa de un domingo para un lunes y la ropa de la noche anterior no es adecuada para ir a trabajar, tenés dos opciones:

Si sos una chica Cosmo, tenés un pantalón básico de reserva (en la cartera, en el laburo, en tu morada transitoria)

Si sos yo, buscás desesperada algo abierto antes de las 9 por Palermo, sólo encontrás una casa que vende uniformes para mucamas y andás todo el día con la pollerita de batista del uniforme puesta y el delantal guardado en la cartera.

Sólo si sos yo.

(Te digo igual, que el lila me sienta de mil maravillas)

3 de noviembre de 2008

No me preguntes,

sólo soy una chica.

Hay veces en que una chica tiene que demostrar que puede sola, que no necesita de otro, que consigo misma le alcanza y no necesita ayuda.

El sábado por ejemplo, yo tuve esa oportunidad casi anónima de mostrarle a todos y a la vez a nadie, que yo puedo sola.

Mientras el promotor me alcanzaba mi reluciente (vincha)corbata recordé los años de colegio privado en que cada mañana me hice el nudo al cuello prolijo, como el de un señorito inglés y levanté la cabeza triunfante.

Y los vi.

Decenas de hombres, uno más apetecible que el otro, luciendo sus corbatitas al cuello.

Supe que me bastaba, que yo sola podía, que no necesitaba a ninguno de esos masculinos caminantes.

Y agarré la corbata y me la puse al cuello e hice el primer cruce, el lado derecho por encima del izquierdo y lo solté.

Y me acerqué al morocho que despreocupado miraba al escenario y con toda la suficiencia del mundo le dije:

-¿No me hacés el nudo de la corbata? Porque no tengo ni idea como se hace...

Porque hay veces en que una chica tiene que demostrar que puede sola, pero otras tiene que admitir lo lindo que es aceptar ayuda.