8 de enero de 2008

Mi lado sensible

Le advertí tirados boca abajo que la mitad de mi espalda no era sensible al tacto.
Lo mismo mi pecho izquierdo, las costillas y la cadera del mismo lado.

No me creía que la operación me hubiera hecho eso por lo que se pasó el resto de la noche, retando a mi piel a sentir algo.

Empezó con el dedo, siguió haciendo cosquillas con los flecos de mi bufanda, apretó con la punta de una birome en distintas partes para terminar probando con alfileres.Se rindió ante mi inmutabilidad y beso ese particular costado mío.

Pareciera que quiere volver a probarme, porque me presiona con el dedo, trata da hacerme cosquillas con chistes, aprieta en puntos que deberían doler y me clava filosas palabras y me mira a la cara esperando reacción.

Me quedo inexpresiva, con los ojos en la nada misma, como si no me tocara, solo espero que lleguen los besos para decirle que este no es el izquierdo, por lo que no es mi lado insensible.