21 de julio de 2008

Ser linda IV

De repente miedo. Mucho miedo. Miedo a morirme, a que las cosas salgan mal y morirme por vanidosa. Creo que me da más miedo morirme por vanidosa que morirme en sí.

Miedo a no parecerme a mi misma nunca más. A no reconocerme, a estar deformada, a que no me quede bien. A no poder reconocerme nunca más en la cara de mi mamá, a ser extraña en las fotos, a pasar por las vidrieras y no encontrarme.

Miedo a que no valga la pena, a haber hecho todo al pedo. La plata, el tiempo, el dolor, el riesgo.

Vuelvo a preguntarme cuál es para mi el precio de la belleza. Miro el sobre lleno de plata y me pregunto si 38 billetes alcanzan.

Por suerte en 2 horas se termina. Se termina todo. En dos horas no va a haber más dolor de cabeza, ni miedo, ni plata, ni definitivamente espejos.