15 de abril de 2008

Final feliz

Entonces si, ahora lo encontraste, lo leiste y te pusiste tu etiqueta de nick.
En lugar de hablar conmigo, en lugar de decirme algo, en lugar de disfrutar el haber penetrado una esfera más de mi intimidad en silencio aunque más no fuera, no, te pusiste ese nick.

Y estoy enojada, porque hasta hace un rato estaba convencida de que eras un poquito de verdad, que la proyección que tenía en mi cabeza era cierta, que no le había errado tanto y que los demás se equivocaban y no eras mala persona, y no me lastimabas a propósito y no eras egoista.
Pero capaz que si. Capaz que nunca te importó.

Capaz no te importó cuidarme, ni cuidarnos, aun cuando te lo pedí encarecidamente, aún cuando sabías lo que esos peligros implicaban.
Capaz no te importó que me ibas a lastimar, ni que iba a llorar, ni que durante días no iba a poder comer de la tristeza.
Capaz porque sos mala persona, capaz porque sos egoista, capaz porque no podés.

Capaz no podés. No podés decirme abiertamente: Lei tu blog. o Nunca dejé a mi novia, o No te quiero ni un poquito, entonces lo dejás escrito por ahí, un poco acá, un poco en otro lado, para que yo me de cuenta solita.
No cuentes más con eso.

Acá muere tu etiqueta.
Acá muere tu contacto de Msn, tu FB, tu celular, tu dirección, tu todo.
Acá se muere Perez.