Uno dejó una puerta abierta. En ese momento no se pudo, y uno, que no quiere perderse ni media, dejó una puerta abierta sin miedo, porque por algo no fue en su momento.
Pero hete aqui, que por las puertas abiertas aventualmente entra alguien, y el día menos pensado te encontrás con una cuenta pendiente.
¿Qué hacer entonces con el muchacho que vuela desde Madrid en unos días?¿Meta palo y a la bolsa y de pendiente no nos queda nada?¿Nos acordamos por qué en su momento no fue y dejamos pasar la oportunidad por más que sepamos que eso es cerrar definitivamente la puerta?
En mi experiencia el sexo con delay es malo. Una cosa es un encuentro despues de años de nostalgia y otra una primera vez que con tanto atraso que ya debería tener hijos en el primario.
Entonces desde mi experiencia debería decirle que muchas gracias por el regalo que me trae de París, pero que ya fue, que por algo no pudimos cuando debimos y que le garúe finito, pero desde cuando soy empirista?
Tengo tiempo hasta el 1º de mayo para decidirlo.
Se escuchan experiencias, consejos, apuestas y por qué no, ofertas.
(lo sé, este post hizo que decayera, pero no tengo mucho más para escribir y me aburrí de abrir el blog y ver el post de Perez)
23 de abril de 2008
Saldar cuentas
15 de abril de 2008
Final feliz
Entonces si, ahora lo encontraste, lo leiste y te pusiste tu etiqueta de nick.
En lugar de hablar conmigo, en lugar de decirme algo, en lugar de disfrutar el haber penetrado una esfera más de mi intimidad en silencio aunque más no fuera, no, te pusiste ese nick.
Y estoy enojada, porque hasta hace un rato estaba convencida de que eras un poquito de verdad, que la proyección que tenía en mi cabeza era cierta, que no le había errado tanto y que los demás se equivocaban y no eras mala persona, y no me lastimabas a propósito y no eras egoista.
Pero capaz que si. Capaz que nunca te importó.
Capaz no te importó cuidarme, ni cuidarnos, aun cuando te lo pedí encarecidamente, aún cuando sabías lo que esos peligros implicaban.
Capaz no te importó que me ibas a lastimar, ni que iba a llorar, ni que durante días no iba a poder comer de la tristeza.
Capaz porque sos mala persona, capaz porque sos egoista, capaz porque no podés.
Capaz no podés. No podés decirme abiertamente: Lei tu blog. o Nunca dejé a mi novia, o No te quiero ni un poquito, entonces lo dejás escrito por ahí, un poco acá, un poco en otro lado, para que yo me de cuenta solita.
No cuentes más con eso.
Acá muere tu etiqueta.
Acá muere tu contacto de Msn, tu FB, tu celular, tu dirección, tu todo.
Acá se muere Perez.
7 de abril de 2008
Llueve sobre mojado
Después de contar mis expectativas, mis objetivos, mis virtudes y defectos, mis crisis y la composición de mi familia, la licenciada (así se hacía llamar) me pidió que dibuje un hombre bajo la lluvia.
Con pericia de infante, me dispuse a dibujar.
Primero la cara, sonriente, triunfante, enmarcada en mucho pelo, lacio, de costado.Seguí con el cuerpo. Espalda grande, bien plantado, con un brazo relajado y el otro sosteniendo un paraguas. El piloto no dejó ver mucho mas, solo un par de piernas bien firmes sobre sus pies que cortaban la linea del horizonte.
Faltaba la lluvia.
Puntitos y rayitas llenaron la hoja, menos a mi hombre, que sonreía bajo un paraguas inmenso.
-Ahora ponele un nombre y una edad
Lo vi y lo supe. La sonrisa, la sonrisa de que la lluvia no lo tocaba, me dijo que era él.
Perez, 25
-Ahora escribí una historia. ¿Qué está pasando?
Las siguientes lineas en cursiva decían algo así.
Esa mañana el Servicio meteorológico anunció lluvias. El cielo estaba despejado, pero Perez decidió confiar en los malos pronósticos y se llevó un paraguas al trabajo.
La tarde transcurrió soleada y por un momento, Perez pensó que volvería con su paraguas sin estrenar pero al momento de llegar a la parada de colectivo, un chaparrón agarró a todos desprevenidos.
A todos menos a él, que sonriente abrió el paraguas y se alegró de haber escuchado a Confesore esa mañana.
Le entregué la hoja y supe que después de haber pasado meses en el diván de mi psicóloga, por primera vez mi inconsciente había hablado.
Y así estoy, a la espera de novedades del trabajo, dibujando por todas partes, tratando de secarme del chaparrón del que no quise prevenirme y del cual Perez se cubrió tan bien.
1 de abril de 2008
Primera Clase
No me gustan las primeras clases.
Odio ser tímida y que las primeras clases sean una tortura.
He pagado matrículas, llenado inscripciones y dejado un curso antes de empezar por no ir a la primera clase.
En la facultad, si no tenía un conocido con quien cursar, a la primera clase no iba. Recién aparecía en la segunda, y con la excusa de preguntar qué habían dicho la vez anterior hablaba con quien me parecía.
Odio las charlas de esperar al profesor, la incomodidad del pasillo, el cogoteo a ver si aparece alguien interesante.
Los nervios me traicionan y si hay que presentarse frente a la clase termino diciendo algo así como: "Bueno, soy Botona, vivo en Beccar y para mí, lo imprescindible es el amor."
Hoy tengo mi primera clase de fotografía.
En la inscripcion me dieron unas fotocopias de introduccion.
Piden que lleve dos fotos: una sacada por mi que me guste y una sacada por otra persona que me conmueva.
Cuando el profesor me pida mis fotos voy a decir que no lei las fotocopias y no llevé nada y las fotos de mi hermana y de Marilyn se van a cagar de risa de mí desde adentro de la Guia T.
Publicado por Botona a las 15:12