(originalmente en Lo Inverosímil, lunes, agosto 22, 2005)
Volví a volver a verlo.
El mismo sillón, la misma música, la misma cerveza, los mismos besos.
Y volvieron las ganas de ser parte de su vida, de tenerlo más cerca.
Pero ojo, no fue nada enfermo. Son esas ganas buenas, saludables.
Como de cortarse el pelo muy corto, ir al dentista a hacerte un tratamiento de conducto o lastimarte las muñecas con un cuchillo, muy despacito.
Rich Cat
Hace 23 horas