Al otro día durante el almuerzo.
Ella: Un divino total, ubicado, caballero, sobre todo caballero. Ponele, estábamos muy cerca de donde fuimos a tomar algo, e igual me pasó a buscar con el auto para que no camine. Cuando llegamos al bar, me acomodé y él en vez de sentarse al lado, se sentó enfrente como para hablar más cómodos. Y cuando nos volvimos, también, me dejó en casa pero tranqui. Se notaba que le gusto, pero no intentó ninguna movida. Se nota que es un chico sano.
Él: Y la mina, nada... no me dio ni un poco de cabida. Probé de todo. La fui a buscar con el auto nuevo por más que eran dos cuadras y nada. Llegamos al bar y se acomoda y tira el bolso en el asiento de al lado, no tuve otra, me tuve que sentar enfrente. Cuando volvimos tampoco, llegamos a la casa y en seguida se bajó y me tiró un "Me divertí mucho". Yo también me divertí, pero volví un poco desesperado.
Para Stella, que está en esta cruda tarea de encontrar su clavo.
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Hace 10 horas